jueves, 6 de enero de 2022

Análisis Interpretativo del Papel de la Rama Judicial en el Origen y Evolución del Fascismo y Anticomunismo en Colombia.

Análisis Interpretativo del Papel de la Rama Judicial  en el Origen y Evolución del Fascismo y Anticomunismo en Colombia.

Cristian Beltrán Barrero

RESUMEN

El siguiente artículo presenta un análisis interpretativo acerca del comportamiento de la Rama Judicial entre 1946 y 1991 frente al fascismo y del anticomunismo en Colombia como contrarios al constitucionalismo de un Estado social de Derecho. Mediante una revisión historiográfica, una interpretación de sus descripciones a través de tres periodos del fascismo y el anticomunismo en Colombia: (i) desde el periodo de la violencia hasta la junta militar (1946 – 1957); (ii) el frente nacional (1958 - 1974) y (iii) desde el final del frente nacional hasta la Constitución de 1991 (1975 - 1991).

La hipótesis de trabajo es que durante estos periodos existió complicidad y/o negligencia de la Rama Judicial en relación con distintas decisiones del Ejecutivo y Legislativo tomadas conforme a las ideologías dominantes de la época y no de desde el Derecho. Ello llevó a la consolidación de doctrinas represivas por parte de la ultraderecha, especialmente en lo que se conoció como “la violencia” y que se materializó en una ideología de satanización de la izquierda conocida como “anticomunismo”, una suerte de “hipnosis cultural en la que se ha sumergido Colombia durante más de setenta años.

PALABRAS CLAVES

Anti Comunismo, fascismo, complicidad, Rama judicial

Interpretive Analysis of the Role of the Judicial Branch in the Origin and Evolution of Fascism and Anti-Communism in Colombia.

ABSTRACT

The following article presents an interpretive analysis about the behavior of the Judicial Branch between 1946 and 1991 in the face of fascism and anti-communism in Colombia as contrary to the constitutionalism of a social State of Law. Through a historiographic review, an interpretation of his descriptions through three periods of fascism and anti-communism in Colombia: (i) from the period of violence to the military junta (1946 - 1957); (ii) the national front (1958 - 1974) and (iii) from the end of the national front until the 1991 Constitution (1975 - 1991).

The working hypothesis developed consists in that during these periods there was complicity and / or negligence of the Judicial Branch in relation to different executive and legislative decisions taken in accordance with the dominant ideologies of the time and not from the Law. This led to the consolidation of repressive doctrines by the far right, especially in what was known as "violence" and which materialized in an ideology of demonization of the left known as "anti-communism", a kind of "cultural hypnosis" in which Colombia has been immersed for more than seventy years.

KEYWORDS

Anti Communism, Fascism, Complicity, Judicial Branch

  1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Y ACERCAMIENTO METODOLÓGICO

El artículo interpreta el papel y la transición de la Rama Judicial bajo las condiciones del fuerte y casi absoluto presidencialismo colombiano en el periodo comprendido entre 1946 y 1991. De forma que, considerando lo desarrollado en el artículo, se quiere interpretar el papel de la sociedad, incluyendo los medios de comunicación y su influencia en los jueces, teniendo en cuenta, por supuesto, “las limitaciones de la legislación constitucional vigente” durante el período referido (Constitución 1886), para así analizar qué tan indefenso era el estamento judicial frente a las enormes injusticias de este periodo en relación con el ya categorizado anticomunismo. 

Esto por cuando al analizar los acontecimientos sucedidos, las vivencias y la experiencia de Colombia en lo que se conoce como “la violencia” junto con las experiencias de el “frente nacional”, se encuentra que se aceleró finalmente la transición del antiguo estamento judicial que desconocía su propia independencia de poderes al estar aparentemente vinculado al ejecutivo hacia una verdadera división de poderes en la cual la Rama Judicial asume su función de control frente a las otras dos ramas.

La pregunta conductora se enfoca en la revisión crítica del papel de la Rama Judicial durante las tres primeras etapas del fascismo y el anticomunismo para desmentir a quienes argumentan que la negligencia y complicidad del poder judicial se debía a las limitaciones de la Constitución de 1886. Si bien esta no era la intención de la Constitución de 1886, la fuerte ideología dominante propagada por los medios de comunicación, en su mayoría centralizados y monopolizados por el Estado; el poco y casi inexistente acceso a la educación; el populismo político; las diferencias de clases y necesidades económicas existentes en la sociedad, entre otros, finalmente conducen a consolidar un régimen fascista de tipo anticomunista de la que no escapó el poder judicial al ser parte integral de la sociedad. Es menester considerar que el abuso de poderes y facultades del Ejecutivo en cuanto a los Estados de Excepción, fomentaron la ausencia, miedo, negligencia y complicidad del poder judicial.

En 1946 se da origen a la represión fascista y anticomunista del Estado – que hoy es revisada bajo el cristal de una nueva generación constitucional con una conciencia y apropiación más profunda de lo que significa e implica el constitucionalismo y la protección de los derechos fundamentales. Así, se encuentra que durante el período comprendido entre 1946 y 1957 existió un “sometimiento temprano” como complicidad del poder judicial, en promover el anticomunismo. La tesis desarrollada implica que la negligencia judicial se debió más al miedo y a los intereses políticos de los magistrados en mantener su status quo, incluyendo la posibilidad no solo de perder sus privilegios sino también de ser asesinados por “simpatizar” con el comunismo en caso de pronunciarse en contra de la represión fascista y anticomunista de los gobiernos de Mariano Ospina Pérez , Laureano Eleuterio Gómez y la dictadura militar de Rojas Pinilla. Durante el frente nacional existe una abierta represión anticomunista intencional de las tres ramas del poder. Los altos tribunales se contaminan también de intereses políticos, por lo que nada tiene que ver lo que disponía la legislación o si podían o no pronunciarse en contra de las políticas del Gobierno. 

Finalmente, en una tercera etapa empieza a existir un pronunciamiento leve en contra del anticomunismo a manera de “despertar” del poder judicial siendo consciente de su papel regulador del ejecutivo y el legislativo, este periodo es el post frente nacional hasta la Constitución de 1991 (1979 - 1991). De hecho, en dicho período implicó consecuencias devastadoras como el desaparecimiento forzado de magistrados en la retoma del Palacio de Justicia (1984) por considerarlos “afines al comunismo” o “anti gubernamentales”.

  1. PRIMERA ETAPA DEL FASCISMO Y EL ANTICOMUNISMO EN COLOMBIA: “LA VIOLENCIA, DICTADURA Y JUNTA MILITAR” (1946 - 1958).

Con Mariano Ospina Pérez (1946 - 1950) inicia un periodo de profunda represión ideológica y de exclusión política a los movimientos de izquierda, la era del “anticomunismo” que perdura hasta hoy sin que haya sido visible en dicho periodo (1946 - 1958) un intento por parte del poder judicial de detener dicha persecución.

Luego del magnicidio del caudillo Jorge Eliécer Gaitán en 1948 el poder judicial parece haberse quedado pasmado frente a la realidad del país, el impacto del magnicidio fue tal que la rama judicial perduró con su miedo y arraigo sus propias creencias en considerar al comunismo como un grupo insurgente, como un brote de subversión que debía ser exterminado por la seguridad del país.

En 1953 Laureano Gómez pretendió crear un estado a su imagen y semejanza,; es decir, un Estado profundamente confesionalista, supresor de toda libertad de conciencia, ideológica, de cultos, y en el que todos tuvieran los mismos intereses como mecanismo para ayudar a Colombia “a librarse de la angustia e incertidumbre que [afligía] al mundo y la haría una Nación feliz, rica y con amplios horizontes muy promisorios” (Zapata, 2014). Gómez tuvo enorme impacto en la generación de una consciencia colectiva anti comunista y fascista, así como un impacto en la sensibilidad y temores de quienes componían entonces el poder judicial. El fanatismo político era tal que el discurso no se centraba en las propuestas de progreso, ni en las bondades del futuro gobierno sino en la destrucción ideológica y física del otro.

Es de anotar que el fanatismo político solo es comparable con el fundamentalismo religioso y ambos son peligrosamente dañinos para la sociedad y el Estado. Es aquí donde los jueces deben entrar al campo como reguladores; por el contrario, en esta época existió de manera encubierta una persecución sistemática de ideologías de izquierda. Los historiadores tienen disenso en cuanto al inicio y final del periodo conocido como “la violencia”. Se argumenta que “la violencia” siguió durante mucho tiempo después del plebiscito de 1957 (Zapata, 2014) junto con el fuerte fundamentalismo y fanatismo político del colectivo, el poder judicial parece haber quedado  silenciado en esta etapa; no existió procesos de responsabilidad judicial frente a los actores estatales del terrorismo político, no se juzgo a un solo chulavita o “pájaro” por asesinar “comunistas” o al menos no hay registro de ello

Una primera hipótesis es que el “miedo” colectivo de pertenecer o simpatizar con ideologías sociales o comunistas que finaliza con el exterminio físico. Frente a esta ideología y aceptación colectiva del anticomunismo (al menos en las grandes ciudades) era poco o nada lo que podía hacer el poder judicial, en últimas porque el comunismo – debido la influencia del discurso norteamericano – llegó a ser considerado como “terrorismo”, del mismo modo que religiones de otra fe en la edad media eran consideradas un peligro para el Estado. Así, las ideologías comunistas fueron asociadas a “peligros extremos” para el Estado, tal como lo fue la herejía, y el satanismo.

2.1 La Transformación Ideológica de Gustavo Rojas Pinilla (1952 - 1970)

Entre 1952 y 1970 aparece en escena el general Gustavo Rojas Pinilla quien tuvo un proceso de transformación interesante, desplazándose inicialmente desde una ideología conservadora afina a Mariano Ospina Pérez hacia una ideología de izquierda muy acorde al comunismo como se puede observar en el análisis de sus discursos políticos (Diago, 1991). En un principio Rojas Pinilla invitó a una “hermandad continental”  en la lucha contra el socialismo; percibió a Estados Unidos como el “gran defensor de la democracia de todos los continentes”; y, creía que el deber de Colombia era continuar a su lado sin vacilar “entre la lucha entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas” (Diago, 1991). Rojas Pinilla entendió que sin medidas económicas que mitiguen la pobreza extrema no es posible hablar de una política coherente contra el comunismo  (Diago, 1991), pero es él quien “afianza la alianza militar económica entre Colombia y EEUU” propia del anticomunismo a cambio de solidaridad económica (Diago, 1991).

Rojas Pinilla consideraba que el comunismo ponía en peligro la “paz social de los pueblos”  (Diago, 1991) y  se aprovechó en el discurso político las creencias religiosas para hacer creer que el comunismo estaba relacionado con el satanismo. Así, la consolidación de la política anticomunista de Rojas Pinilla se materializó con la propuesta de un “sistema económico que defienda y fortalezca integralmente la economía del hemisferio tan importante en la lucha contra el comunismo como lo es el Ejército” (Diago, 1991).

Es paradójico cómo en 1959 Rojas Pinilla cambia su postura hacia el comunismo al  percatarse de la realidad del país y en donde su acción como presidente es contrarrestada por los intereses de los grandes capitalistas (Diago, 1991). Su transformación inicia como un defensor del Estado de Bienestar, por lo que deja de satanizar el comunismo y empieza a visualizar errores en el capitalismo que antes creía perfecto, e invita a crear una economía que no “repita los mismos errores ni del comunismo ni del capitalismo” (Diago, 1991).

Un avance significativo del General en la comprensión de los fenómenos político y sociales es reconocer que la respuesta no esta es la represión armada (por lo que abandona la postura fascista sin abandonar el anticomunismo) sino en la solución del problema agrario, es decir la redistribución de las tierras y el acceso o democratización de los medios de producción, esto es claramente un tendencia socialista - a medio camino - en últimas un Estado de Bienestar.

Por esta época aboga Pinilla por una “tercera vía” alterna al capitalismo y al comunismo, la tercera vía por la que abogaba Rojas Pinilla no es más que el Estado de Bienestar Socialdemócrata que conocemos actualmente y aunque Pinilla estuvo en un inicio lejos de de aceptar que dicho modelo de Estado sólo es posible mediante la alternancia en el poder de diferentes espectros políticos tanto los afines al socialismo como los afines al capitalismo sí logró una transformación ideológica hacia el final de su vida política lo que finalmente le costó las elecciones en 1970.

Rojas Pinilla tras evidenciar cómo funcionaba el poder es testigo de la manipulación mediática, acusa a la prensa de la “desinformación tendenciosa y malintencionada” (Diago, 1991) así que Pinilla recomienda viajar a la URSS y a CHINA para conocer la verdadera realidad, en últimas nos incita a no creer todo lo que los medios dicen y descubre el papel de los medios en la manipulación política, en la “legitimación del poder y en su papel de encubridor de la verdad para favorecer a las élites” (Diago, 1991) lo cual disgustó a los medios y justificó la venganza de los medios durante la transmisión en el fraude electoral de 1970.

Hacia 1960 aunque Rojas Pinilla no se ha liberado aún de su esencia anticomunista si tiene una evolución ideológica de centro derecha - centro izquierda, ahora más en común con López Pumarejo y Jorge Eliécer Gaitán que con Mariano Ospina Pérez y mucho menos con Laureano Eleuterio Gómez. 

Tomando como modelo del capitalismo a Estados Unidos Rojas Pinilla destaca el alto nivel de vida de sus habitantes (Diago, 1991) desconocía Pinilla que este alto nivel se debe al estado de bienestar implementado por Roosevelt mediante el new deal en 1936 como respuesta al estado socialista de la URSS, desconocía también Pinilla que los habitantes de la URSS tenían un nivel de vida más alto que el de EEUu, tanto en educación como en alimentación, ingresos, etc.

Rojas Pinilla también reprocha de Estados Unidos su "política comercial absorbente y exclusiva dando por resultado la pérdida de independencia económica (Diago, 1991) en otras palabras, criticaba el capitalismo voraz sin alma en donde el más pudiente arrasaba con quien no disponía de los medios materiales de producción ni competencia.

Por otro tomando como modelo del socialismo y del comunismo la URSS y China Pinilla destaca los “adelantos y progresos en beneficio del pueblo” (Diago, 1991) es decir la generación de la riqueza social por encima de la riqueza individual.

Hacia el final de su vida política, poco antes de 1970 Pinilla se transforma en un líder de izquierda, cofundador de la ANAPO evidencia el problema de la tenencia de tierras y la concentración de riquezas e intenta esbozar un discurso de redistribución de riqueza, de democratización de los medios de producción, entre ellos el capital, el trabajo y la tierra.  Se da cuenta Rojas Pinilla que lo que genera las reacciones de la población, como movimientos campesinos y obreros principalmente es el “fenómeno de la concentración de tierras” y de riqueza (Diago, 1991) aunque en esto creo que Pinilla tuvo claramente una confusión y generalización de la izquierda confundiendo el anarquismo con el comunismo ideológico.

Finalmente Rojas Pinilla concluye que “no son los comunistas los responsables de la agudización de los problemas sociales como una vez lo hicieron creer los medios y las elites dominantes sino la misma insensibilidad social de las elites” (Diago, 1991) de las clases más ricas de Colombia frente a la problemática social lo que ocasiona como respuesta el anarquismo bajo la bandera del comunismo.

  1. SEGUNDA ETAPA DEL FASCISMO Y ANTICOMUNISMO EN COLOMBIA EL FRENTE NACIONAL (1958  - 1974)

Lejos de lo que se cree, el Frente Nacional no fue un acuerdo de paz entre liberales y conservadores. A mi entender, de manera camuflada se presentó la más cínica y descarada de las dictaduras, del reparto de poder entre las familias más poderosas de Colombia. Si bien fue considerado un acuerdo político de paz, en realidad representó la consolidación del poder y el acuartelamiento de la fuerza estatal por las familias dominantes de Colombia, que obviamente se ve reflejado en sus seguidores políticos.

Para entender este acuerdo entre poderes dominantes, debemos entender la hegemonía misma, tanto en su estructura (forma) como en su ideología (fondo) su sistematicidad, su funcionalidad, etc. En resumidas cuentas tanto el partido liberal como el partido conservador defendían los mismos intereses: El poder estatal en sus manos, sus finanzas, su status quo, su influencia y poder electoral. Es falso afirmar que el liberalismo tal como se entendió en Europa tuvo el mismo significado y la misma ideología en Colombia.

Se tiende a pensar que el Partido Liberal era o es un movimiento de izquierda, por ende que defendía los intereses de los menos aventajados en la sociedad. No obstante, hacia 1950 los representantes de las altas esferas del Partido Liberal pertenecían ya a las familias más adineradas de Colombia, una clase media próspera que en mucho distaba de las clases populares que decían defender.

Los políticos liberales de las altas esferas seguían con sus discursos de “defender los intereses del pueblo” pero ellos mismos habían acumulado enormes fortunas desde 1910 porque reconocieron que la única forma de defender sus intereses era mediante el poder político y económico.

La única diferencia entre liberales y conservadores, no era que los primeros fueran representantes de los pobres y los segundos de los ricos, porque ambos grupos eran representantes de las familias más adineradas de Colombia, aunque en un principio hubiera un interés del Partido Liberal en presentar los intereses de los menos aventajados. La diferencia real era su linaje, es decir “sus dinastías”. El Partido Conservador siempre ha sido un partido de linajes que protege su status quo a modo de nobleza en tiempos de la edad media. La necesidad de ser aceptados en las altas esfera de la sociedad finalmente condujo al Partido Liberal a pactar dividir el poder con el Partido Conservador; por su parte, la necesidad de mantenerse en el poder – debido en parte al poder electoral con el que contaba el Partido Liberal – obligó al Partido Conservador a aceptar dicho acuerdo.

Ahora bien, otro mito es que la existencia o influencia del socialismo haya permeado las leyes y la administración política en Colombia, pues nunca existió socialismo real en Colombia, ni legislación, ni administración, ni políticas públicas, ni jurisprudencia que defendiera el socialismo – al menos no como se entendió en otras partes del mundo –; por el contrario, lo que sí se defendió tanto por parte del partido conservador como del partido liberal, fueron leyes y acciones que defienden el capitalismo monopólico más cruel y explotador desde la invasión europea.

Concerniente a los Estados de Excepción, en el Acto Legislativo 01 de 1960 se modificó el artículo 121 de la Constitución de 1886 limitando a no poder ejercer las facultades que le otorgaba el artículo sin previa convocatoria del Congreso dentro de los 10 días siguientes a la expedición del decreto por el cual se declara el Estado de Excepción.

El control de constitucionalidad era ejercido por la Sala de Constitucionalidad de la Corte Suprema de Justicia, aunque hacía parte de un órgano de cierre podía ser derogado por la sala plena y antes de dicho decreto era muy pobre el control constitucionalidad sobre los estados de excepción.

Posteriormente en el Acto Legislativo 01 de 1968 se modifica de nuevo el mismo artículo 121 de la Constitución Política de 1886 se consagraron las facultades en el derecho de gentes – que es similar al Derecho Internacional Humanitario – e instituyó el control automático por parte de la Corte Suprema (Echavarria Duque, 2013) mediante su Sala Constitucional. En esta reforma se crea un nuevo estado de Excepción, el del Estado de Conmoción económica y Social que se añade a los ya existentes que se limitaban a motivos de orden público (Echavarria Duque, 2013) .

Durante el Frente Nacional tienen lugar discursos demagógicos y populistas que buscan desprestigiar el comunismo. Los medios son de especial importancia porque el oficialismo se da cuenta de su poder de persuasión, y al percibir esto construye toda una serie de campañas politizadas que contribuyen al hipnotismo cultural anticomunista, exterminando de este modo todo ideal de una “prensa libre e independiente del capital”.

El anticomunismo hacia el periodo del Frente Nacional fue tratado por los medios masivos de comunicación como la ideología dominante, en cierto modo se justificaba la persecución comunista al considerarlos “terroristas” y “anarquistas”. Frente a esto la presencia continua de Gustavo Rojas Pinilla durante el Frente Nacional y su lenta pero continua transformación hacia ideologías de izquierda fue permeando en la sociedad, por lo que los gobiernos se vieron obligados a admitir políticas sociales dentro de sus programas de Gobierno. 

De esta forma el comunismo y en general la izquierda entró en un proceso de vindicación lento pero constante y la suma a las voces de los intelectuales finalmente crearon una conciencia colectiva de resistencia y movilización social. Los altos tribunales al ser permeados por estas ideologías reaccionaron tímidamente en un primer inicio, pero su papel se hizo más evidente hacia el final del Frente Nacional, a riesgo de ser considerados “simpatizantes” de comunistas.

  1. TERCERA ETAPA DEL FASCISMO Y ANTICOMUNISMO EN COLOMBIA EL POST FRENTE NACIONAL HASTA EL NEOCONSTITUCIONALISMO (1974 - 1991)

El final del Frente Nacional lo marca sin duda el fraude en las elecciones presidenciales de 1970 entre Misael Pastrana Borrero y Gustavo Rojas Pinilla asumido como una “burla al sistema democrático y a su expresión como ciudadanos lo que motivó movilizaciones en diversas regiones del país” (Acuña Rodríguez, 2016). Frente a esto surge la necesidad de diferentes vindicaciones por parte de los “actores sociales” lo que se concreta en diferentes movimientos sociales, incluyendo la guerrilla urbana del M 19 (Acuña Rodríguez, 2016).

Por otra parte, la política se torna monótona y aburrida. La falta de opciones entre los partidos tradicionales; las pocas políticas de superación de la pobreza extrema; la falta de una reforma agraria contundente y la perpetuidad en el Gobierno de los mismos gobernantes conlleva a una lenta pero constante des-satanización y reivindicación de la izquierda tanto desde el socialismo como desde el comunismo. Sin embargo la manipulación mediática fuertemente anticomunista y el discurso político claramente demagógico aún no convencían a muchos. En palabras de Acuña Rodríguez “Los electos asumen su papel como ciudadanos, no solamente en el ejercicio de emitir su voto sino en definir y articular su papel político” (Acuña Rodríguez, 2016).. Así, se puede evidenciar como en este periodo la sociedad empieza a ser más conscientes de su poder y de su papel activo en el poder como conciudadanos del Estado.

Recordemos que el Frente Nacional fue “un pacto bipartidista” traducido en la necesidad (según ellos) de implementar constitucionalmente reformas que permitieran acabar con los conflictos partidistas generados por el acceso y ejercicio del poder (Acuña Rodríguez, 2016) entre Lleras Camargo y Laureano Gómez. No obstante, no entendieron Laureano Gómez ni Lleras Camargo que el conflicto no era por tener ideologías partidistas que quedan en la metafísica del pensamiento y que corresponden a la libertad de conciencia de cada individuo, sino que esa ideologías eran la representación de una lucha real; es decir, el conflicto no era ideológico sino de representación de los sectores más vulnerables, por lo que la solución no era monopolizar el poder sino actuar en contra de la desigualdad social, del abismo existente entre las clases que en última era la piedra angular del conflicto.

Se debe señalar que el Frente Nacional fue legitimado constitucionalmente mediante el plebiscito de 1957 en el que hubo un total de 4.169.294 votos frente a una masa votante de 4.397.090 (Marin Zafra, 2010), siendo la más alta participación electoral en la historia de Colombia. Sin embargo, ha quedado el cuestionamiento acerca de si el hecho de haber sido introducido legalmente en la Constitución, lo hacía necesariamente justo. 

Después de 1978 se recurrió de nuevo al Artículo 120 de la Constitución de 1886, la cual fijaba como presupuesto el nombramiento de funcionarios, es decir de la distribución del poder se daría participación adecuada y equitativa al partido de oposición, pero para Marín Zafra, el desmonte de las administraciones compartidas solo viene a consolidarse con la instauración del esquema gobierno - oposición en el gobierno de Virgilio Barco (Marin Zafra, 2010) por lo que los efectos de las políticas  del frente nacional perdura según esta lógica hasta 1986 - 1990.

La naturaleza antidemocrática del Frente Nacional también es evidencia por Mesa García (García, 2010) “en una auténtica democracia los derechos políticos de los ciudadanos son siempre respetados”. Esta parte de la historia está más que suficientemente documentada, cuestionada, estudiada y criticada desde diversos ángulos, por lo que no se dice algo nuevo sino que simplemente se analizan los datos bajo una postura, es decir se toma una posición crítica frente a los acontecimientos. Con la naturaleza antidemocrática ya evidencia del Frente Nacional resta dilucidar su naturaleza inconstitucional, en esencia la continuación de una serie de políticas excluyentes y de persecución política ahora disfrazada bajo el manto de “coalición democrática”. 

Una democracia debe garantizar la inclusión de todos los estamentos de la sociedad, sean categorías hechas por aspectos ideológicos y metafísicos como posturas políticas, religiones, creencias, culturas o por aspectos materiales como clases sociales, etnias, razas, etc. En palabras de Mesa García "la dirigencia del país decidió que su ejercicio del poder exclusivo está en peligro, por lo cual necesitaban mantenerlo sin caer en la creación de una nueva dictadura” (García, 2010) para no demostrar ante el mundo su naturaleza antidemocrática pero claramente no funcionó, especialmente después del fraude electoral a Rojas Pinilla en las elecciones de 1970.

Es menester resaltar lo dicho por Mesa García (García, 2010) cuando afirma que el Frente Nacional puede asemejarse más a una oligarquía, pues el pacto fue una coalición entre partidos de la derecha, claramente dueños de las industrias y medios de producción. No obstante, difiero de Mesa García al denominarlo aristocracia, porque en la hace referencia a un sistema político encabezado por gente que sobresale por su sabiduría intelectual, lo que no sucede en la oligarquía.

Según Mesa García el acuerdo político se estableció para compartir el poder por un periodo de 12 años incluyendo al Congreso y la Corte Suprema; se buscó legitimar su constitucionalidad vía reforma constitucional a través de un plebiscito y toda campaña que fuera en contra del acuerdo se declarará ilegal; y fueron muy cuidadosos intentando parecer el acuerdo democrático y constitucional. Por el contrario, a la luz de los estándares modernos esto es claramente antidemocrático, pues se estuvo ante un acuerdo político no plural que se adaptó al derecho para que no pudiera ser cuestionado. García comprueba en esto una complicidad en poder judicial, por otra parte explica Mesa García en que no hubo participación de movimientos sociales, en lo cual coincido, pues el Frente Nacional fue un pacto entre partidos de derecha que solo consolidaron la mentalidad y el movimiento anticomunista forjado previamente. Así las cosas, el Frente Nacional puede considerarse como el más largo periodo de estado de cosas inconstitucionales, similar a un estado de excepción que duró 16 años donde cuatro de sus grandes metas no lograron cumplirse (Melo, 2010).

Finalmente hacia 1981 Alberto Lleras le da definitivamente un fin ideológico al Frente Nacional, mediante su discurso de “hacer más elecciones, un liberalismo activo, aumentar el número de oportunidades para que el pueblo intervenga en sus destinos”  (Melo, 2010) y al final de su gobierno, sus diferencias con el Partido Conservador terminaron por sepultar el pacto. El afán de las elites al conformar el pacto del Frente Nacional era el negacionismo y el olvido de la historia (Schuster, 2009) – que ha tenido impacto en nuestra forma de percibir

También es especialmente importante el papel de los grandes medios de comunicación, quienes al olvidar intencionalmente la historia y al tergiversar importantes acontecimientos (Diago, 1991) frente a este negacionismo intencional señala Schuster que el olvido de esta historia puede no ser tan difícil y con cierta cooperación de la sociedad, al leer menos y televisar más. 

Los análisis sobre el fascismo y anticomunismo en Colombia han sido pocos y con acercamientos oficialistas – que a mi consideración han disfrazando periodos profundamente inconstitucionales como el máximo logro de la democracia y se han alimentado con “discursos patrióticos y neoliberales difundidos para encubrir las raíces históricas, socioeconómicas y políticas del conflicto”(Schuster, 2009). En pocas palabras el conflicto se ha desplazado y el bipartidismo se enfoca ahora entre “Colombianos de bien” y “Comunistas” expresa Schuster “colombianos buenos” vs. “minorías anti patrióticas”.

  1. CONCLUSIONES

En un principio, durante el periodo de la violencia (1946 - 1957) se consolidó una ideología popular de la cual no escapó el poder judicial, en esta época el comunismo fue percibido como una “amenaza” a la estabilidad del Estado, por lo que fueron declarados terroristas sin mayor oposición social.

Existió una conciencia colectiva de “exterminio” del otro debido a la polarización política frente a la cual poco o nada podía hacer la Rama Judicial, a riesgo de ser considerados simpatizantes del comunismo y por ende “objetivos” militares del Estado. 

En la segunda etapa, Frente Nacional (1958 - 1974) se evidenció una lenta pero progresiva transformación social en la que tuvo especial influencia el General Gustavo Rojas Pinilla como principal promotor de esta transformación, sumado al desconocimiento y negación paulatina de los derechos políticos, como libertad de opinión, entre otros. Así mismo, se transformó la ideología colectiva de tal modo que se vio en el comunismo una alternativa a la desigualdad social y a los abusos de poder del Estado.

Durante esta etapa, la ideología colectiva permeó a la Rama Judicial aunque tímidamente intentaban contradecir al oficialismo pues aún desconocían su papel como reguladores de las otras ramas del poder y se consideraban a sí mismas como subordinadas e inferiores al ejecutivo. 

Finalmente, en la tercera etapa, desde el post Frente Nacional hasta la constitución de 1991, la intervención de los académicos que se opusieron en un principio no solo al oficialismo sino a los medios junto con los continuos abusos y errores del Estado, sus políticas continuistas que no alentaban ninguna transformación social y la negativa ante una reforma agraria digna consolidaron el comunismo como alternativa de poder.

El punto decisivo en esta tercera etapa fue el fraude electoral a Rojas Pinilla que para entonces era claramente un líder de izquierda y tras el surgimiento de movimientos subversivos urbanos (M 19, como guerrilla urbana) tuvieron a diferencia de lo que dicen los medios amplia aceptación en la sociedad pues fueron la materialización del disgusto social reprimido durante generaciones. 

¿Qué es el fascismo?

Lo académicos tenemos una muy noble labor con la humanidad, como intelectuales y estudiosos de cualquier área del conocimiento y especialidad tenemos la responsabilidad de definir conceptos, establecer teorías, describir y explicar el funcionamiento del mundo y de las cosas, por esto es irresponsable escribir sobre fascismo y anticomunismo sin construir un concepto a modo de conclusión general, que por supuesto no es absoluto, porque de serlo no existirían las ciencias sociales ni la filosofía. 

  1. Es la forma de administración del poder por excelencia extremista que consiste en la opresión mediante el poder de la opinión política, la oposición, la pluralidad democrática y de la libertad de expresión.

  2. Su forma de gobierno varía desde dictadura como Hitler, Mussolini, Franco, o Plan Cóndor  en sudamérica, Pinochet, Bordaberry, Stroessner, Videla, Estados militares como la Junta Militar Argentina, ostensión, capacitación del poder bipartidista en común acuerdo como el Frente Nacional, Estado de Sitio permanente como el post frente nacional, semipresidenciales y con apariencia democrática como Fujimori, monárquica como Emiratos Árabes, o narco estados como en el caso de Colombia.

  3. Se caracteriza por promover, incitar, inducir e instigar cómo ideología un profundo odio, veneno, rencor, resentimiento, dolor, guerra, ira, rabia, sufrimiento, muerte, a todo aquellos que no comparten su postura, cosmovisión, cultura, cosmogonía, creencias o ideales.

  4. Propende por la concentración del poder en pocas manos (o en un solo poder si se puede) para reprimir todo tipo de protesta social o de voz popular, se dirige desde las minorías privilegiadas (elitismo, clasista) con sentimientos de superioridad y supremacía (supremacismo)...

  5. Las formas de pensar, movimientos o ideologías más afines al fascismo son: el supremacismo, el nazismo, el racismo, la homofobia, la aporofobia, la xenofobia, el nacionalismo, el patriotismo, el fundamentalismo, el fanatismo, el machismo, el paramilitarismo.

  6. Es la forma de administración del poder, mediante el uso abusivo de la fuerza armada y el monopolio estatal de las armas que no permite la participación política de nadie más que aquellos afines a sus propias ideologías.

  7. En el caso de Colombia, gobiernos de extrema derecha como los de Laureano Eleuterio Gómez Castro, Guillermo León Valencia, Virgilio Barco Vargas y Álvaro Uribe Vélez.

  8. En palabras sencillas y fáciles de entender, fascismo no es más que el despotismo del poder, la indolencia de la soberbia el no comprender la responsabilidad hacia sus subordinados cuando se está en una posición de poder.

Entre la Política y el Derecho

Cuando comprendes que toda opinión es una visión cargada de historia personal, empezarás a comprender que todo juicio es una confesión. El Derecho como una manifestación de la forma de pensar de una sociedad también legitima las ideologías, por consecuencia si la ideología dominante propende por el fascismo, encontrará la forma desde el Derecho de legitimar su poder dominante.

Sin embargo, tanto el derecho como la política en sus elementos contraculturales; también intentan reformar la cultura que es en la se desearía ser, la pretensión de justicia y de autocorrección tanto del Derecho como de la política no pueden considerarse elementos aislados sino complementarios y mutuamente interdependientes. 

Si el eje fundamental del Derecho es la protección de la dignidad y el de la política lo es la administración del poder y como consecuencia de la interdisciplinariedad y dependencia mutua entre ambas, entonces es de vital importancia la adecuada administración del poder para garantizar la dignidad. 

Al fascista nunca le ha interesado la vida de las y los trabajadores, el fascismo es condición de vida del capitalismo. El constitucionalismo dentro de un Estado fascita no versa sobre la protección integral de los derechos fundamentales sino la imposición de las relaciones fácticas de poder, por lo tanto, es la preservación del poder y no la protección constitucional de los derechos humanos la ideología detroi de la intitcionalida estatal, esto se evidencia en el pensar de que las instituciones deben ser obedecidas ciegamente en un cuestionamiento de su deber con el ciudadano por el simple hecho de ser instituciones, a un grado en el que no deben ser cuestionado, pues lo que importa no es el fondo ni su fundamento sino su forma, el hecho de que exista una institucionalidad.

Si la política el derecho y la economía resolvieran los problemas de la humanidad, sería la literatura acumulada de estas disciplinas del conocimiento la más noble labor artística, pero como solo somos soñadores en la vastedad del conocimiento no queda más que declararnos poetas de nuestro destino; soy un poeta del Derecho porque anhelo incansablemente hallar ese ideal de justicia al que todos aspiramos, esa inalcanzable victoria interna que todos sueñan pero que pocos logramos.

Justicia y Dignidad

Atendiendo al sentido filosófico del asunto; es la Dignidad humana el fundamento del Derecho y siendo el Derecho como disciplina la materialización del ideal de justicia por el que propende la humanidad, podemos decir entonces que es la justicia la configuración de esa dignidad humana como concepto y como realidad empírica.

Si esto es así, justicia y dignidad no sólo son semejantes sino también complementarios; siendo la dignidad un reconocimiento interpersonal de la justicia y la justicia una materialización inter-personal de de la dignidad.

Por otra parte, si el Derecho como disciplina está estrechamente relacionado y es un conocimiento interdisciplinar entre la economía, la política y la historia y siendo los fundamento de la política la administración de poder, de la economía el análisis de la riqueza, y de la historia el escudriñamiento de la verdad, podemos decir entonces que la dignidad tiene necesariamente una estrecha interrelación tanto con la administración del poder, con la obtención riqueza y con el desvelamiento de la verdad.

Entonces la Dignidad no puede configurarse sin una adecuada administración de poder, por lo tanto es el poder la herramienta política para establecer la dignidad, del mismos modo la dignidad no puede materializarse sin una adecuada obtención de riqueza, por lo tanto el bienestar económico y material es fundamental en el establecimiento de la dignidad, o más precisamente de una vida digna, y por último siendo la historia una disciplina que tiene como fundamente la verdad, entonces no puede darse históricamente un concepto de dignidad que no tenga como fuente o suministro la verdad y por lo tanto es la verdad el elemento que nos permite establecer una dignidad sin negacionismos, mutacionistas, ocultamientos y transparente en todo sentido.

Tenemos entonces cuatro elementos interdisciplinarios que en su perfecta combinación nos permite configurar y materializar la dignidad humana, por un lado el ideal de justicia que es la materialización del Derecho, por otro la administración del poder que en el eje fundamental de la política, el estudio y análisis de la riqueza y bienestar como principal objetivo de la economía y por último la demostración y establecimiento de la verdad como pilar de la historia.

DEDICATORIA

Este texto está dedicado con un profundo respeto a la memoria de mis amigos personales y sus madres del municipio de Soacha quienes han conformado la Red MAFAPO Colombia, sus hijos fueron víctimas del crimen de guerra clasificado por la Justicia Especial Para la Paz como Muertes Ilegítimamente Presentadas Como Bajas En Combate Por Agentes Del Estado, conocidos mediáticamente como “falsos positivos”.

A Idali Garcerá madre de Diego Tamayo

A Edilia Palacio madre de Javier Andres Palacio

A Doris Tejada madre de Oscar Alexander Morales

A Carmenza Gomez Romero madre de Victor Fernando Gomez y John Nilson Gómez

A Luz Marina Bernal madre de Leonardo Porras Bernal

A Soraida Isabel Muñoz madre de Jony Duván Muñoz

A Jaqueline Castillo

A Gloria Astrid Morales 

A Ana Cecilia Arenas Garzón

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