Producción De Conocimiento Desde La Investigación Crítica
Critian Beltrán Barrero
Introducción
En este ensayo pretendo profundizar en los fundamentos, criterios y rasgos metodológicos de la investigación participativa crítica, una tradición arraigada en el pensamiento crítico latinoamericano, particularmente en las contribuciones de Paulo Freire y Orlando Fals Borda. A medio siglo de su formulación, esta perspectiva se ha consolidado como una tendencia influyente en las ciencias sociales, caracterizada por su compromiso con la emancipación y la transformación social.
El ensayo se estructura en tres secciones: una conceptualización del pensamiento crítico latinoamericano, los principios metodológicos que guían la investigación crítica y las decisiones operativas que caracterizan su práctica. Se optimiza la claridad, estructura y profundidad analítica, manteniendo la esencia colectiva y situada del texto original, con el objetivo de ofrecer una guía práctica y teórica para investigadores comprometidos con procesos sociales transformadores.
Pensamiento crítico latinoamericano: Diversidad y contextos
El pensamiento crítico, a menudo asociado con la Escuela de Frankfurt (Adorno, Horkheimer) o la crítica marxista a la sociedad capitalista, trasciende estas referencias en América Latina. Si bien la crítica filosófica, desde Kant hasta Marx, ha cuestionado los límites del conocimiento y las estructuras de poder, en la región se ha configurado una tradición crítica propia, diversa y profundamente contextual. Esta tradición no se limita a la academia, sino que abarca prácticas sociales, culturales y políticas que desafían las relaciones de dominación.
Raíces y expresiones del pensamiento crítico
El pensamiento crítico latinoamericano se nutre de múltiples fuentes:
Filosofía y ciencias sociales: Desde Marx, pasando por Gramsci, Lukács y Lefebvre, hasta pensadores contemporáneos como Badiou, Rancière y Žižek, el marxismo ha sido una corriente crítica central. En América Latina, autores como Enrique Dussel, Franz Hinkelammert, Florestán Fernandes y Aníbal Quijano han articulado una crítica antihegemónica al colonialismo, el desarrollismo y el capitalismo. Prácticas sociales y culturales: La crítica no es exclusiva de la filosofía. Movimientos sociales, educación popular, teología de la liberación y comunicación alternativa han generado saberes críticos que cuestionan el statu quo y proponen alternativas emancipadoras (Butler, 2008). Perspectivas decoloniales y del Sur: Las teorías decoloniales (Mignolo, 2006; Grosfoguel, 2009) y las epistemologías del Sur (Santos, 2005) critican la racionalidad colonial y promueven saberes situados desde las resistencias de los pueblos. Hugo Zemelman (2005) aboga por un "pensar epistémico" que reconozca la historicidad y la subjetividad en la producción de conocimiento.
En este contexto, la investigación participativa crítica, inspirada en Freire y Fals Borda, se posiciona como una práctica que articula conocimiento y acción colectiva, promoviendo la emancipación a través de la participación de los sectores populares en la producción de saberes.
Principios metodológicos de la investigación crítica
La investigación participativa crítica se distingue por un conjunto de principios que reflejan su compromiso ético, político y epistémico. Estos principios, fruto de un proceso colectivo y en constante construcción, son:
Distanciamiento crítico: Rechaza las concepciones hegemónicas de la ciencia eurocéntrica, clasista y patriarcal, cuestionando su subordinación a los poderes dominantes y su indiferencia hacia los saberes no académicos. Contextualismo e historicidad: En oposición al universalismo científico, prioriza el conocimiento situado, articulado a las necesidades y desafíos históricos, políticos y culturales de los contextos donde se produce. Compromiso transformador: Se alinea con proyectos emancipadores que buscan construir alternativas al capitalismo desde prácticas culturales, educativas e investigativas que promuevan "otros mundos posibles" (Santos, 2005). Articulación con la acción colectiva: Surge desde movimientos sociales y organizaciones populares, o en colaboración con ellas, fortaleciendo su capacidad de resistencia y construcción de alternativas. Formación de sujetos críticos: Promueve que las personas comunes (activistas, educadores, comunidades) se conviertan en sujetos de investigación, desarrollando capacidades críticas y metodológicas. Participación de no especialistas: Involucra a los actores sociales en todas las fases del proceso investigativo, desde la definición de preguntas hasta la interpretación de resultados, mediante equipos mixtos de investigadores y comunitarios. Ecología de saberes: Valora la interacción entre conocimientos académicos, populares, teóricos y prácticos, reconociendo la diversidad de subjetividades como horizontes interpretativos. Relaciones horizontales: Fomenta dinámicas democráticas entre los sujetos involucrados, desafiando las jerarquías académicas tradicionales. Creatividad e imaginación: Promueve la flexibilidad en el uso de conceptos, estrategias y técnicas para potenciar la transformación social, más allá de la mera innovación académica. Reflexividad: Reconoce la subjetividad inherente al conocimiento, exigiendo una reflexión constante sobre las decisiones metodológicas (Ibáñez, 1998). Multidimensionalidad: Integra dimensiones epistémicas (construcción de conocimiento), políticas (participación y acción colectiva) y pedagógicas (formación y comunicación de resultados).
Decisiones y operaciones metodológicas
La traducción de estos principios en la práctica investigativa implica una serie de decisiones y acciones que, aunque no lineales, configuran un proceso dinámico y colectivo. Estas operaciones, basadas en experiencias recientes, se organizan en cinco momentos clave:
Puntos de partida: Consensos y condiciones: La investigación comienza con acuerdos entre los actores involucrados (organizaciones populares, movimientos sociales, investigadores) sobre la relevancia y objetivos del estudio. Las motivaciones suelen combinar el interés de las comunidades por analizar críticamente sus prácticas con el propósito de los investigadores de fortalecer procesos emancipadores. Por ejemplo, en el proyecto “Formación de subjetividades y sentidos de comunidad” (2013-2014), se exploró la forma en la que las organizaciones locales potencian subjetividades políticas, respondiendo a inquietudes de las propias comunidades sobre su autonomía. Se establecen condiciones logísticas (recursos, tiempos, responsabilidades) que armonizan los ritmos de las organizaciones con los de las instituciones académicas, asegurando un proceso participativo desde el inicio.
Definición de preguntas y estrategias metodológicas: Las preguntas de investigación emergen de las preocupaciones vitales de las organizaciones, identificadas a través de una lectura crítica de su contexto. Por ejemplo, la Asociación Vecinos Solidarios (AVESOL) planteó si su rol como contratista había desplazado su lógica comunitaria. Estas preguntas se complementan con interrogantes específicos que guían la reconstrucción descriptiva y el análisis interpretativo, como: ¿De qué forma surgieron las iniciativas? ¿Qué factores influyeron? ¿Qué aprendizajes se generaron? La estrategia metodológica (Investigación Acción Participativa, recuperación colectiva de la historia, sistematización de experiencias o una combinación) se elige en función de las preguntas y el contexto, adaptándose a las necesidades del colectivo mediante talleres de formación metodológica.
Conformación del equipo investigador: El equipo investigador incluye tanto a miembros de las organizaciones como a investigadores externos, definidos por interés voluntario o asignación organizativa. Este equipo refina los objetivos, preguntas y estrategias, redactando un proyecto formal. Se realizan talleres para capacitar a los participantes en herramientas metodológicas y conceptos relevantes, asegurando una apropiación crítica del proceso. Reconstrucción descriptiva y narrativa: Este momento busca construir un relato consensuado de las trayectorias organizativas, centrado en los hitos relevantes para las preguntas de investigación. Se identifican fuentes (documentos, testimonios, entrevistas) y técnicas (talleres, grupos de discusión) para recolectar datos. Se realiza una periodización inicial para organizar los eventos temporalmente, seguida de una reconstrucción narrativa que integra diversas voces y perspectivas. Este relato se socializa con la organización para ajustes colectivos. Análisis, interpretación y socialización: El análisis implica ordenar, clasificar y categorizar la información en unidades temáticas (categorías) que permiten construir matrices, esquemas y diagramas. Estas herramientas facilitan la interpretación de los hallazgos, conectándolos con referentes conceptuales pertinentes. El resultado es un texto analítico que responde a las preguntas iniciales, refleja las perspectivas de los sujetos y considera el contexto histórico. La socialización de resultados se realiza mediante informes escritos, videos, cartillas o talleres, dirigidos a la organización, otras comunidades y, en algunos casos, espacios académicos. Este proceso no concluye con la entrega de resultados; incluye un balance evaluativo que identifica nuevos retos, cambios organizativos o necesidades de formación.
Conclusión
La investigación participativa crítica, enraizada en la tradición latinoamericana, es un proceso vivo y colectivo que articula conocimiento y acción transformadora. Sus principios —distanciamiento crítico, contextualismo, compromiso emancipador, participación y reflexividad— y sus operaciones metodológicas reflejan un compromiso con las luchas populares y la construcción de alternativas al orden dominante. Este enfoque no pretende ser universal, sino una invitación a dialogar con otras prácticas investigativas críticas, reconociendo su carácter inacabado y situado. Invitamos a otros investigadores a compartir sus experiencias, enriqueciendo el campo de la producción de conocimiento desde el Sur y desde abajo.
Referencias
Butler, J. (2008). Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. Routledge. Fals Borda, O. (1970). Ciencia propia y colonialismo intelectual. Bogotá: Carlos Valencia Editores. Foucault, M. (2013). ¿Qué es la crítica? Madrid: Siglo XXI. Mignolo, W. (2006). La idea de América Latina. Barcelona: Gedisa. Santos, B. de S. (2005). El milenio huérfano: Ensayos para una nueva cultura política. Madrid: Trotta. Zemelman, H. (2005). El conocimiento como desafío posible. México: Instituto Pensamiento y Cultura en América Latina.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario